LAS LABORES DE LA ABUELA: ZAPATILLAS A JUEGO

domingo, 14 de febrero de 2010

ZAPATILLAS A JUEGO

Con un trozo de tela que me dió mi cuñada me hice un top que aquí luce mi hija (y le está grande) y se me ocurrió convertir unas simples zapatillas de esparto en otras a juego con el top.

Estas otras tampoco quedaron mal.

1 comentario:

Abuela Ciber21 de febrero de 2010, 7:56
Como el azul es mi color, ja ja me quedo con las azulesssssssss

Cariños
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PRESENTACION

De pequeña me obligaban a hacer labores pero yo me resistía. No me gustaba coser. O eso creía yo. Somos cuatro hermanos, dos niñós y dos niñas, bueno, ahora ya, dos adultos y dos adultas (por no decir casi dos viejos y dos viejas, jaja). Yo soy la tercera y mi hermana mayor es ocho años mayor que yo. A ella lo que le gustaba y lo que hacía muy bien era eso, coser. Yo siempre he sido muy diferente a ella. Lo que me gustaba era leer, pintar, estudiar...y odiaba la aguja y el dedal. Ella pronto montó su taller y cosía para mucha gente y como yo era la pequeña me obligaban a ayudarle a sobrehilar.. eso si que me fastidiaba...

En fin, que poco consiguieron de mí, me compraron una maquina de coser y me apuntaron a bordar a maquina (cosa que no he vuelto a hacer desde entonces) pero no consiguieron que hiciedra las tipicas muestras de "primores" que por entonces se estilaba que hicieran las niñas.

Así crecí pensando que yo no daba la talla y que mi madre no estaba orgullosa de mí porque no era como mi hermana.

Comencé a trabajar muy joven y me casé también joven y por supuesto el poco tiempo libre que tenía lo dedicaba a pintar.

Algún lejano día me sorprendí a mi misma aprendiendo a tejer y al igual que cuando cogía los pinceles pintaba sin parar, recuerdo haber confecionado montones de prendas de punto.

Cuando nació mi hija, presencié horrorizada como me atraía la costura y como por arte de magia me ví haciendo vestiditos para ella. Todo ello sin haber consentido nunca que me enseñaran y sin saber manejar un patrón. El caso es que asombré a mi madre consiguiendo vestir a mi niña con prendas que sacaba de mi imaginación. Todo esto me asusgaba pues yo lo que deseaba de verdad era sacar tiempo para pintar y claro está que no tenía tiempo para tanto.

En otro arrebato decidí aprender a hacer punto de cruz e hice algunas cosillas.

Con el correr de los años he tenido épocas en las que la pintura ha ganada la batalla, otras la he olvidado por el punto o la costura, otras no he hecho nada...

Hace un tiempo descubrí el patchwork y me cautivó. Fué en una época de bajón y la aguja y las telas de colores me ayudaron mucho. De forma totalmente autodidacta conseguí hacer algunos trabajos.

Un día ví una flor hecha de ganchillo y me animé a sacarla. Le pedí a mi madre sus muestras y la sorprendí consiguiendo sacarlas.

Mi madre pasa mucho tiempo con las labores y sobre todo con el ganchillo y el punto.

Ahora soy capaz de admitir que estaba equivocada en algo, y es que nunca he odiado las labores, lo que me fastidiaba era que me obligasen a ellas y no me alentaran a hacer lo que me gustaba tanto que era escribir o pintar. El problema es compaginar todo. El tener tiempo para ambas cosas. Ahora puedo compaginar todo, solo es cuestión de organizarme.

M i madre está encantada con verme coser y todo eso. Ella tiene unas manos maravillosas y es muy trabajadora. Tiene 84 años y se entretiene muchísimo con las labores. Siempre está haciendo alguna cosita para algona o alguno de la familia. Ayer pasamos la tarde juntas y me enseño a hacer una bufandita muy bonita y de pronto se me ocurrió la idea. Ella sabe hacer casi de todo así que voy a iur aprendiendo y mostraré en el blog tanto lo que yo hago como lo que haga ella. Será el legado que dejará.

Así que manos a la obra que nos espera mucho trabajo

jdiana